16 mar 2015

PÁGINA 157

 (Viene de la página 125)

—Treinta años hacen ya desde ese primer contacto. Nadie sabía nada, como ustedes dicen, pero luego nos pudimos enterar de todo antes de que llegaran. Para entonces, ya era demasiado tarde. El caso de la familia Rosier se hizo famoso, aunque ahora ya no hay nadie que lo recuerde. Ellos recibieron ayuda, según se dice, y los desgraciados estos no pudieron continuar con el plan para espiarnos. Su misión había fallado, ustedes la hicieron fallar, pero ellos no se dieron por vencidos. Cuando su plan inicial se vio frustrado, comenzaron a mandar muchos más aparatos, cientos de ellos, por todo el mundo. Se dieron cuenta de las fallas de la humanidad, de nuestros puntos débiles, de lo blando de mente que éramos. Vieron un método más sencillo de atacarnos: mediante juegos mentales, hipnosis y control cerebral. Nos invadieron, y no pudimos hacer más que sucumbir ante ellos. Tenían armas que nosotros no podíamos imaginar, máquinas superiores. Todas las sociedades de la Tierra quedaron bajo control. Nos alteraron los recuerdos, nos implantaron nuevos, o anulaban nuestras conciencias. Nos mataron por dentro. Alternaron las prácticas según un patrón que nosotros no conocemos…así que allá afuera hay gente que si se privara de la hipnosis, quedaría loca, o en coma, o sin recuerdos, incapaces de usar sus cuerpos…

Ustedes no son capaces de mencionar una sola palabra en respuesta. Toda esa información los abruma, los aterra. El futuro en el que están es un horrible lugar…y es todo por su culpa.
—Tienen que volver—dice, apareciendo en su rostro una fuerte convicción. —Vuelvan. Reviertan algo. ¡Esto no puede seguir así! —les grita, haciéndolos sentir responsables de todo. No sabes si realmente todo este desastre podría ser culpa de ustedes, si habría algo que ustedes pudieran hacer, o si sería posible revertir toda la situación, pero una cosa es segura: verdaderamente, eso no podía seguir así.
— ¿Cree que si regresamos al pasado y evitamos que nosotros mismos ayudemos a la familia Rosier, todo esto se arreglaría? —le pregunta Facundo. Vos rezas por una respuesta negativa.

—No. Eso no ayudaría en nada, pero hay algo que sí pueden hacer. En el trance en el que estaba no podía actuar a voluntad, pero sí observé cosas estos años que podrían ser de ayuda. Sus naves, su planeta natal, sus planes y las cosas que hicieron. Con lo que sé y este aparato que tienen, podríamos encontrar una forma de que regresen al pasado y que no decidan espiar la Tierra. Conozco muy básicamente como funcionan sus computadoras de abordo. Si alteráramos los informes de reconocimiento que los hicieron decidirse por invadir la Tierra, quizás ni siquiera tengan que chocarse con ustedes mismos. Bastaría con un hackeo simple, y les daríamos información incorrecta, los convenceríamos de ser un planeta inhabitable, tóxico para su salud, o uno muerto, plagado de radioactividad. Voy a necesitar ir a su base en esta ciudad, robar uno de sus dispositivos de almacenamiento de información, y ustedes van a necesitar armas. Será peligroso, pero chicos…si esto funciona, podríamos evitar que este tiempo sea lo que es, y salvar miles de vidas. ¿Me acompañarán? —les pregunta. Luego de semejante discurso, ven imposible negarse a su propuesta, ¿pero serían ustedes realmente capaces de tales azañas?

Continúa en la página 151

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