Desgraciadamente, caes en la
cuenta de que sos el único capaz de hacer algo como lo que se les pide. Germán
está asustado, Facundo no lo haría…y si bien vos también estás asustado y si
pudieras elegir, tampoco lo harías; sentís que la responsabilidad recae de
todas maneras en vos. Sin saber lo que vas a decir, sin saber tampoco lo que
puede llegar a pasar, te sentás frente a la cámara, ese ojo vacío al cual
deberás dirigirte, y le haces señas a Ulises de que estás listo. Tus amigos te
miran apenados de que esto haya tenido que suceder así, pero vos no les tenés
rencor ni ellos sienten culpa alguna. Si vienen por vos, vendrán por los
cuatro, y si no vienen por nadie, aún así será un golpe que querrán
contraatacar tarde o temprano. No es algo que podrían evitar. El pálido
muchacho continúa escribiendo códigos en las máquinas cuando te anuncia que
estarás al aire en veinte segundos. Una rápida mirada a tus compañeros y ellos
te reivindican la confianza. Te apoyan en esto, admiran tu valentía y esperan,
como vos, que resulte lo mejor posible. Es curioso porque a pesar del conteo,
no te sentís muy alarmado. Estás jugado, ya no hay marcha atrás, y solo te
queda ganar o… ¿morir en el intento? “Diez”, dice. “Nueve…ocho…siete…seis”. Te
aferras al Artefacto Foráneo, respiras hondo, fijas la vista en la cámara e
imaginándote a millares de personas viéndote desde sus televisores, decís…
—Hola. Mi nombre es Mateo y yo…tengo algo muy importante que
decirles. Esto no es una broma de mal gusto, ni un mensaje pre-grabado. Es una
declaración que…por más que me cueste decirlo, va totalmente en serio. Anoche
este aparato que tengo en mis manos cayó del cielo al patio de la casa de mi
amigo. Cayó dentro…de un meteorito. Parece mentira que aún no haya pasado un
día y que hayan cambiado tantas cosas, pero es así. Ayer era un chico más,
preocupado por nada, por divertirme. Y hoy…estoy declarándome públicamente en
contra de una organización internacional que querrá cobrarse mi cabeza luego de
esta intervención. Probablemente aún no estén entendiendo nada, así que déjenme
explicarles mejor. Estos aparatos han estado cayendo desde hace muchos años,
pero si no se han enterado de nada es porque hay un complot para mantener esta
información alejada de la gente. Las pocas personas que han descubierto estos
aparatos en sus casas o en alguna otra parte, han fallecido, desaparecido, o se
han visto obligadas a correr por sus vidas y escapar de los gobiernos que
quieren terminar con esto y que no se sepa. ¿Por qué quieren guardar todo esto
en secreto? Aún no lo sabemos, y solo podemos hacer suposiciones, aunque
tenemos razones para creer que éste podría ser un horrible experimento con
tecnología extraterrestre. Lo cierto es que no deben quedarse callados.
Necesitamos que se sepa la verdad. La familia…Rosier—crees recordar que era, y
en ese momento, Ulises publica en pantalla, cerca de tu rostro, fotos de los
desaparecidos involucrados en el caso—fue víctima de este complot, y nosotros
también lo somos. Desde que apareció esto en el patio de mi amigo—dices, y él y
Facundo aprovechan la oportunidad para unirse a vos y aparecer a tu lado para
todos los televidentes—nos han estado persiguiendo y, por lo que sabemos, harán
lo posible para borrarnos del mapa igual que a los demás. Necesitamos que
averigüen, que investiguen, y que nadie más desaparezca. Necesitamos tu ayuda,
mundo. No dejemos que nos venzan. No permitamos que nos manipulen más. Es hora
de que sepamos la verdad. Es hora de contraatacar.